miércoles, 18 de junio de 2014

Brasil palpita al ritmo del 'scratch'

La vida se detiene por noventa minutos en el país de los penta campeones.

La ilusión del pueblo brasileño es ser campeón del mundo y no hay otra opción para Luiz Felipe Scolari y sus dirigidos. Por ello, cada que la selección tiene fecha en la Copa del Mundo, el país hace pausa a la agitada vida y se deja llevar por las gambetas de Neymar, la intensidad de David Luiz y Thiago Silva y las sonrisas de Dani Alves y Óscar.

Los partidos son una convocatoria nacional, pocos transeúntes quedan en las calles y los corazones laten al unísono. 

El sueño de Copa está en los pies de los conducidos por Scolari. En Brasil el fútbol es más que pasión y los juegos son un evento que marca la vida de los compatriotas de Pelé.

"Debemos confiar en el equipo, siempre la selección juega para dar alegrías", expresa el exlateral Roberto Carlos, ahora invitado como comentarista en una empresa televisiva. Idea que respalda su excompañero Ronaldo: "todos tenemos la ilusión de ser campeones y el pueblo está apoyando". 

Todos, absolutamente todos ven con amor al 'scratch', incluso después del sinsabor del empate sin goles con México. Las ciudades no caminan, los días de competencia son festivos y queda todo 'fechado' (cerrado). Pocos quieren saber del trabajo y hasta alimentarse se convierte en un problema. 

Los noventa minutos son vividos con una devoción única, casi religiosa. Neymar y su nuevo flequillo dorado son tema de conversación, el reemplazante de Hulk genera polémica entre la 'torcida' y cada detalle es mencionado con calor por los seguidores locales hasta que el árbitro pita.

La único positivo, es que el transporte baja su volumen habitual de usuarios y se hace más fácil moverse, eso sí, en ciudades como Sao Paulo el metro mantiene su ritmo; pero los que viajan son extranjeros o algunos hinchas que van tarde a la cita con la 'canarinha'. 

Los brasileños sufren cada movimiento dentro del campo, para ellos el fútbol es arte y no comparten mucho la propuesta de Scolari, pero la 'verde-amarela' une porque su historia está por encima del entrenador y el pueblo apoya a la selección por sus 'craques'.

Las ciudades quedan prácticamente vacías y los gritos en las casas, más algunos puntos de encuentro como bares y el fan fest, cubiertos con la bandera, invitan a 'torcer' por Brasil.  

"No fue el mejor partido y el arquero rival tuvo una gran actuación, pero vamos con convicción por la clasificación a la siguiente ronda. Nosotros jugamos en nombre de nuestro compatriotas y dejaremos la vida en la cancha", expresó Thiago Silva luego del empate con México. Sellando su compromiso con su pueblo. 

Steven López Niño 
Especial para Futbolred.com 
Brasil 
En Twitter: @lopidelagente

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